Un mortinato es un feto que muere a partir de la semana 22 del embarazo o durante el parto.
¿Qué es un mortinato?
Un mortinato, también conocido como natimuerto, es un término médico utilizado para describir a un bebé que nace muerto, es decir, un feto que muere en el útero materno antes de nacer o durante el parto y que, por lo tanto, no presenta signos vitales al momento del nacimiento.
La Organización Mundial de la Salud define un mortinato como «la muerte de un feto a partir de las 22 semanas completas de gestación (154 días) o de un peso al nacer de 500 gramos o más, hasta el momento del nacimiento, y según la Organización Panamericana de la Salud, antes de las 22 semanas completas se llama aborto».
El mortinato puede tener varias causas, que van desde anomalías congénitas graves, problemas en la placenta, infecciones maternas, complicaciones durante el parto, entre otros factores. La pérdida de un bebé antes o durante el parto es una experiencia dolorosa y traumática para los padres y familiares y puede requerir apoyo emocional y atención médica especializada.
¿Cuáles son los factores que causan un mortinato?
Entre las principales causas de un mortinato se encuentran las siguientes:
- Anomalías congénitas: malformaciones estructurales o genéticas del feto pueden aumentar el riesgo de mortinato.
- Problemas de la placenta: la placenta desempeña un papel crucial en el suministro de nutrientes y oxígeno al feto. Problemas como la placenta previa, el desprendimiento prematuro de la placenta o la insuficiencia placentaria pueden provocar mortinatos.
- Complicaciones del embarazo: condiciones como la diabetes gestacional, la hipertensión arterial, la preeclampsia, la infección intrauterina, la colestasis intrahepática del embarazo y otras complicaciones médicas pueden aumentar el riesgo de mortinato.
- Infecciones maternas: como la toxoplasmosis, la rubéola, la sífilis, el citomegalovirus (CMV) y el virus del herpes simple (VHS), pueden aumentar el riesgo de mortinato.
- Trastornos del desarrollo del cordón umbilical: problemas como el nudo verdadero del cordón umbilical o la compresión del cordón pueden interferir con el suministro de oxígeno y nutrientes al feto.
- Factores de estilo de vida: el tabaquismo, el consumo de alcohol, el consumo de drogas ilícitas y la obesidad materna están asociados con un mayor riesgo de mortinato.
- Edad materna avanzada o muy joven: tanto la edad materna avanzada, mayor de 35 años, como la edad materna muy joven, menor de 20 años, se han relacionado con un mayor riesgo de mortinato.
¿Cómo hacer frente a un mortinato?
Estas son algunas recomendaciones para afrontar la pérdida de un mortinato:
- Buscar apoyo emocional: hablar sobre tus sentimientos con amigos, familiares o profesionales de la salud mental.
- Permitirse sentir: todas las emociones que surjan, ya sean tristeza, ira, culpa o confusión.
- Buscar información y comprensión: habla con tu médico sobre lo que sucedió y por qué ocurrió.
- Honrar al bebé: muchas familias encuentran útil realizar rituales o ceremonias para honrar y recordar al bebé perdido.
- Cuidar de ti mismo física y emocionalmente: come saludablemente, haz ejercicio suave y descansa lo suficiente.
- Tomar decisiones sobre el duelo: date el tiempo y el espacio que necesites para sanar. Si sientes que necesitas buscar terapia individual o familiar, no dudes en hacerlo.
- Considerar la posibilidad de buscar un futuro embarazo: si planeas intentar concebir nuevamente en el futuro, habla con tu médico sobre cuándo es seguro hacerlo y qué precauciones puedes tomar.