Qué es un epitafio

Epitafio: qué es, cuanto cuesta y cómo se realiza

Seguramente al realizar una visita a un cementerios se ha topado de pleno con algún tipo epitafio.

Si , nos referimos a aquellos grabados que podrá en las tumbas de los difuntos. E

n este artículo encontrará toda la información sobre ellos y ejemplos de los más curiosos con la ayuda de nuestros compañeros de la oficina funeraria en Santander.

¿Qué es un Epitafio?

Un epitafio es una dedicatoria para lápidas que honran al difunto que se encuentra inscrito en una lápida o placa sobre su tumba.

Tradicionalmente un epitafio se escribía en verso, sin embargo, en la actualidad estos suelen estar en prosa.

El nombre Epitafio está compuesto por las dos voces griegas epi y taphos, es decir sobre y tumba.

Es una inscripción sobre la tumba traducido al argot actual.

Existen gran variedad epitafios memorables, algunos de ellos escritos por las mismas personas que descansan bajo ellas.

Antiguamente se daba este nombre a los versos que se citaban en honor de los difuntos el día de sus exequias.

Después tomó el significado de la inscripción sobre los sepulcros. En la actualidad también se escriben en prosa.

Los epitafios cortos son más efectistas, ya que pueden ser leídos por los caminantes que pasean por el cementerio.

Los más sencillos contienen el nombre del fallecido, la edad y la fecha de la muerte.

En muchas ocasiones las familias creyentes utilizan alguna frase de la Biblia, del Corán o el Talmud.

También se recurre a escritores o poetas famosos para tomar prestados sus versos e inscribirlos en el epitafio.

Sin embargo, hay casos en los que se han escrito epitafios propios ideados por el propio fallecido con el fin de guardar respeto a sus últimas voluntades.

Ejemplos de epitafios en tumbas

Aquí podrá ver algunos ejemplo de epitafios que se han utilizado en la vida real:

“Para nosotros no te has ido, estás en nuestros corazones.”

“Esta tumba guarda tu cuerpo, Dios tu alma y nosotros tu recuerdo”

“El final de la vida es el principio de una nueva experiencia”

“Descansa en Paz”

“Quienes en vida te amamos nunca te olvidaremos”

“Tu esposo, hijos y familia no te olvidan”

«Las lágrimas más tristes que se lloran sobre las tumbas son por las palabras que nunca se dijeron»

«Aquí acaban todas las vanidades del mundo»

«El cielo estrellado sobre mí, la ley moral en mí»

«Permanece triste y en pie junto a la estela del fallecido Kroisos, luchador de primera línea a quien el impetuoso Ares ha arrebatado.»

«Si queréis los mayores elogios, moríos.»

Ejemplos de casos reales un poco más cómicos

«Fray Diego aquí reposa, en su vida no ha hecho otra cosa»

«Aquí yace un español, que estando bueno quiso estar mejor»

«Ya os decía que ese médico no era de fiar»

«Veis como sí que estaba enfermo»

«De esto no se libra nadie, ni por tablas»

«Dejadme en paz»

«Volveré para vengarme de los bancos»

«En cuanto murió, se peleó con los santos, enfadado porque debía el alma y no podía venderla en dinero contante y sonante»

«Señor, recíbela con la misma alegría con la que yo te la mando»

¿Cuánto se tarda en esculpir un epitafio?

A la hora de determinar cuanto se tarda en esculpir un epitafio es necesario conocer la la extensión del mismo y la técnica utilizada en la misma.

No se tarda lo mismo en realizar el grabado manualmente mediante la proyección de un chorro de arena sobre la superficie de la lápida, que usar un láser para incrustar una imagen sofisticada.

Lo ideal es contactar con un fabricante de lápidas o marmolista que pueda facilitarle tanto un precio personalizado como un tiempo estimado de producción.

Historia de los epitafios

En la antigüedad ya era bastante común dar al nombre del fallecido citar unos versos en honor al difunto el día de sus exequias.

Además, año tras año se repetían estos mismos versos de forma paulatina.

Posteriormente se instauro como práctica habitual escribir y redactar dichos textos en los sepulcros de los fallecidos tal y como se hace hoy en día con el fin de conservar la memoria del difunto y erigir un monumento a su gloria.

Los epitafios, a lo largo de la historia han cambiado continuamente en función de variables como las costumbres, la religión o el reino al que pertenecía el fallecido.

Los romanos por ejemplo eran especialmente cuidadosos al redactar en sus epitafios.

Los sepulcros romanos en muchas ocasiones eran obras de arte que no solo servían de adorno sino que también eran de instrucción a las futuras generaciones ya que en muchos casos sus epitafios contenían discursos morales.

En España fueron muy imitados los epitafios latino/romanos al igual que ocurrió en el resto de Europa.

Estos epitafios se escribían en prosa y/o en verso y eran especialmente populares los más cortos puesto que se entendía que cuanto más corto fuera un epitafio más fácil y didáctico sería para los caminantes/visitantes.

Por este motivo, ilustres como Platón limitaron sus epitafios en verso a cuatro hexámetros.

No obstante, los más comunes fueron los simples discursos que contenían el nombre, la edad y el año en el que el difunto pereció.

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